miércoles, 16 de abril de 2008

LEGISLAR A LO IMBÉCIL

Se desea pensar que un legislador --de cualquier partido político-- es una persona preparada y, desde luego, adecuada al puesto que ocupa.
Pero todo queda en un deseo.
Los legisladores son todo, menos representantes populares.
La ley anti tabaco así lo demuestra plenamente.
Es un ABSURDO TOTAL que se prohiba el cigarrillo en una ciudad donde cualquier pelado deja conectada su alrma "sensible" y ésta suena cada vez que se le pega la gana, causando un caos mental VERDADERO y COMPROBADO en el sistema nervioso de cualquier persona a su alrededor.
Si uno camina por la calle tiene una alta probabilidad de terminar dentro de una coladera destapada o bien, con una fractura de cadera al pisar una banqueta levantada.
Los automovilistas se pueden estacionar donde quieran y como quieran, empezando por las banquetas.
La delincuencia --incuyendo a la policía y muchos políticos-- está más activa que nunca.
Pero, estos señorones, representantes de ideas baratas de países mugrosos del primer mundo, prohiben el humo del cigarrillo.
Definitivamente, no hay un límite a la imbecilidad humana, sobre todo, cuando el imbécil se esfuerza cada día más en serlo.

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