martes, 1 de julio de 2008

BIOGRAFÍA (AL AZAR)

Habiendo purgado diez largos años de sentencia injusta --debido a la insanía crónica y contundente de mis padres, --nada más, de los seis, a los dieciséis--, según esto, por MALA CONDUCTA, en el penal entonces conocido como: "Instituto Fray Juan de Zumárraga" (Colonia del Valle, en ese entonces), cuando ese puerquero todavía ostentaba la escudería de la mierda apodada: "Madre Iglesia Católica Apostólica y Ramera" (en algunos sitios inteligentes, llamada la "putita de babilonia", con minusculas, desde luego, PORQUE sólo una putita puede ser administrada por una caca del tamaño del nazi ratzinger, en fin...-- cuyo minúsculo (de ser esto posible) torquemada se hacía llamar JOSÉ MARÍA --¡Nada más!-- de UGARTECHEA Y UGARTEBURU (ya consulté el diccionario, este desecho se apellidaba nada menos ue Zosovra y Gonorra (sic))
Otra vez, en fin...
Tuve la fortuna de salir vivo de allí, más o menos entero --sin haberme convertido en un asesino serial, ratero, político, cura, violador o cualquier otra de esas lindezas que solían manufacturar en la calle de Providenca 122 y un anexo en la calle de Gabriel Mancera --de cuyo número no quiero acordarme-- donde ponían con un sello, la marca inconfundible de IGLESIA DE ROMA, LA MIERDA QUE SE HACE LLAMAR VATICANO-- a la calle, casi indultado y entonces, cuando menos lo esperaba, caí en blandito.
El Destino me llevó de la mano a donde pertenecía, a LA UNIVERSIDAD LA SALLE, DE BEJAMÍN FRANKLIN 47.
Ahí, mi ALMA MATTER, me enseñaron: a pensar, a ser yo, a que, una idea, vale más que todas las palabras juntas.
NO CREO EN DIOS, pero, si creyera, DIOS HABITABA EN AQUELLOS RECINTOS, BENDITOS TODOS, LLENOS DE SABIDURÍA, DE ALEGRÍA, DE VIDA.
Allí me enseñaron a un Dios Sano, Limpio, Alegre, Sin Diablos, Sin Demonios.
Allí me enseñaron a VER LA VIDA.
¡LA VIDA!
Y de Ahí vengo.
Esa, LA UNIVERSIDAD LA SALLE, es la parte que SOY.
La que quiero recordar.
La que QUIERO SER y,
Por la que DESEO SER RECORDADO.
¡Gracias!

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