domingo, 6 de julio de 2008

¿TE IMAGINAS?

Aquella mañana, ví, por vez primera LA LUZ.
Sí, LA LUZ.
Porque, mientras devoraba unos jot queics deliciosos de la marca aunt yemaima, generosamente bañados con miel auténtica de maple, de la marca quirklan, me llegó una inspirazión (sic).
Pensé.
Sí, en serio.
¡Pensé!
Ese solo hecho me llevó dieciesiete segundos y dos centésimas asimilarlo.
¡Carajo!
¿Qué onda?
¿Que me está pasando?
¡Pensé!
Pero casi una diezmilezima (sic) de segundo pespués, entendí, o, sea, más o menos comprendí. No sé, como díría Lopes Doringa: me llegó el comprendimiento.
Y me dije: ¡claro!
Ayí (sic) esta la clabe de todo.
Si licenciáramos a todos los licenciados, este pinche mundo dejaría de ahogarse en mierda casi de inmediato.
O sea, que, como diría cualquier gritón del ajuzco (sic): licenciémoslos.
¡Guau! (sic).

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