jueves, 19 de junio de 2008

LÍDERES

Actualmente, las palabras se han convertido en una mercancía prácticamente sin valor alguno.
Por eso, nada tiene la contundencia de lo que se dice.
Baste analizar unas cuántas líneas de cualquier discurso político o sindicalista y veremos que no hay nada de cierto detrás de cada larga y aburrida sesión de verborrea.
Sin embargo, ahora quiero hablar de una palabra con todo el peso que tiene, con todo lo que significa.
LIDER.
A pesar de lo que puedan expresar grandes genios --de la cepa de Don López Dóriga, por ejemplo-- un líder no se fabrica.
Es como cualquier otro don: se nace con él.
Cristo, Alejandro, Atila, Julio César, Hitler, Lázaro Cárdenas, Vaclav Havel, Gorbachov, Pancho Villa, Zapata; sólo por mencionar algunos.
En el México posterior a Lázaro Cárdenas, no había aparecido un verdadero líder.
Hasta ahora.
Por eso es tan importante el FENÓMENO LÓPEZ OBRADOR.
Independientemente de tendencias políticas o simpatías personales que se puedan tener con él, hay que admitir, antes que nada, que SE TRATA DE UN VERDADERO LIDER.
Y, creo, que LO QUE MÁS NECESITA MÉXICO EN ESTOS MOMENTOS de CAOS TOTAL, es eso, UN VERDADERO LIDER.
Todo está tan sucio y revuelto que la única solución --buena o mala, pero solución al fin-- es ponernos en manos de un líder.
O bien, condenarnos a vivir en un lago de mierda administrado por rufianes comprobadamente corruptos, ineficientes y mediocres.

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