lunes, 16 de junio de 2008

SIN TRABAJO NO HAY NADA (I)

Los gobiernos de las últimas tres décadas se han empeñado en desdeñar, ningunear, humillar, mancillar y hacer mierda al trabajdor y, por ende, al empleo y al VALOR del trabajo --desde luego, me refiero al trabajo serio, no al estar en una oficina pensando profundamente en dónde y cómo gastar los viáticos que obsequia el erario--.
La ÚNICA SALIDA a CUALQUIER CRISIS ECONÓMICA es EL TRABAJO.
La fuerza del trabajo es lo básico. Si esta fuerza no se remunera debidamente, se atrofia y finalmente se pierde.
Mientras no se le pague UN SALARIO DIGNO --como muy claramente lo expresa la Constitución--, el empleado, el obrero, la fuerza de trabajo en general, no desarrollará más allá de lo que se le paga, o sea, el mínimo. Y el resultado, como hemos visto a lo largo de los últimos años, es igualmente mínimo.
México es un país muy grande, muy rico, INMENSAMENTE RICO. No tenemos por qué vivir mal, solo porque una banda de pillos --oligarquía, cleptocracia, políticos, parásitos sociales en general-- quiere apropiarse de aquello que NOS PERTENECE a TODOS POR IGUAL.
Dentro del país puede haber trabajo bien remunerado para todos. Repito, para TODOS.
Las inflaciones, índices, conceptos macro, micro, globalizar, eficientizar y demas, no nos dan de comer --aunque a los economistas del gobierno, sí, y muy bien, por cierto--.
No pagar LO JUSTO, es el génesis de la corrupción.
En lugar de tantos conceptos igualmente elegantes que mierderos, HAY QUE REMUNERAR EL TRABAJO, por lo menos SIETE VECES EL SALARIO MÍNIMO ACTUAL.
Sé que los pajarracos fondo monetaristas y puñeteros del banco mundial --con minúsculas--, aves de presa de quinta, parásitos del Banco de México, Economía y Hacienda, pensarán que no estoy en mis cabales, sin embargo, daré mis razones de manera sencilla, sin tanto MIT, Yale Harvard y payasadas de esas.
Si un obrero percibiera trescientos pesos diarios --por decir algo-- tendría que trabajar el equivalente y el patrón podría exigir de la misma manera el equivalente en la calidad de los servicios o productos que está pagando. Automáticamente se crearía un interés de parte del trabajador por ser mejor y dentro de la empresa habría una competencia sana.
Este obrero tendría ILUSIÓN por trabajar, para llevar a casa lo necesario. Actualmente, lo único que lleva el trabajador al hogar es amargura, resentimiento, inquietud y angustia, lo cual, disuelve rápidamente cualquier vínculo familiar y daña seriamente a la Sociedad en general.
En cambio, un obrero bien pagado, ilusionado, contento, satisfecho y orgulloso de sí mismo, puede salir el domingo a comprarles zapatos a sus dos hijos, una chamarra para su esposa, pueden comer unos tacos, se toman unas coca colas ellos, dos cervezas él y regresan a casa a ver la televisión que acaban de adquirir.
Obviamente, este hombre se levanta a trabajar el lunes con dignidad, con gusto y es MÁS COMPETITIVO que un ESCLAVO.
El obrero bien pagado cuida su lugar de trabajo, sabe que es la fuente de su bienestar. Esto contribuye a la ganancia final de la empresa --desde el ahorro en agua y papel higiénico, hasta el cuidado de máquinas, aparatos y activos en general.
Este trabajador movería la economía: consume zapatos, come tacos, compra un televisor, una chamarra, coca colas, cervezas y, además, le ahorra al final el dinero a la empresa donde labora y vive contento, lo cual se manifiesta en el bienestar de su familia.
Así que, me parece muy sencillo, olvidémonos de tantos tecnicismos yankis que nos han llevado a la ruina y vayamos al grano: el azul celeste, cuesta.
Me resulta claro --en lo micro, desde luego que es lo que a la gente le importa, no en lo macro que solamente sirve para que se luzcan los tecnócratas en los foros económicos mundiales diciendo una sarta de imbecilidades, a costa del erario de un país donde una buena parte de la población se muere de hambre.
Solamente un gobierno que desee hacer alarde de IMBÉCIL, puede CASTIGAR EL SALARIO DEL TRABAJADOR.

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