domingo, 29 de junio de 2008

MÉXICO ES UN MICROBÚS

Sí.
En todo.
Habrá tesis, estudios concienzudos --y, sobre todo, muy caros e igualmente inútiles--, tesinas y otros instrumentos a própósto para servir infusiones al respecto pero, la verdad es fácil.
Si uno observa el transporte público en Frankfurt, Tokio, Londres, Copenhague y hasta en el mugrero ese que le dicen Nueva York, se sabe, se siente, el lugar que esa ciudad ocupa en el mundo.
Baste ver un autobús en Oslo --ya no se diga en Basilea--.
Aquí, se asoma uno a la calle y ve un microbús, ataviado con todo tipo de aditamentos de un automóvil de carreras chafas de fines de los años setentas --empezando por el ruido infernal, desde luego-- y uno sabe.
Uno siente.
Eso en México: un microbús.

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