lunes, 23 de junio de 2008

¿POR QUÉ NO SE CALLAN?

La VERBORREA, ha sido, sin duda, el talón de Aquiles de los --dizque-- políticos mexicanos de los últimos tiempos, salvo una que otra rara excepción.
El exceso de palabras ocasionó que Echeverría hiciera pomada la confianza y por ende, la economia nacional.
Su pupilo habló y habló y profetizaba que habría que acostumbrarse a la administración de la abundancia.
Y así nos fue.
Una gran abundancia de miseria.
Cuando Emilio Gamboa llegó a la presidencia en la forma de MMH, éste no dejaba un día sin decir alguna cosa inútil y aburrida con un tono monótono y hueco.
La excepción, seguramente, fue Salinas.
Independientemente del juicio de la historia, la inteligencia se impuso y no hubo verborrea.
Del payaso del Poli, valga sólo un botón: "No traigo cash".
¿Y Fox?
Sin lugar a dudas, ha sido el mandatario en todo el mundo que ha dicho más imbecilidades por minuto.
Luego pasamos a Calderón.
Verborrea repetitiva, cada día más revolcada, más llena de mosca (sic), mas tonta.
Por supuesto, me queda claro que, como son imbéciles a quienes un ejército de lame güevos hacen creer brillantes, no se dan cuenta de que, mientras más hablan, más estupideces expectoran, por razón natural.
A estos verborréicos, les regalo un secreto: EL SILENCIO ES UN ARMA LETAL.
¿Por qué no hacen la prueba?
Con respecto a AMLO, por ejemplo.
DEJEN DE HABLAR DE ÉL.
AMLO existe, mientras ustedes lo mencionan.
De alguna forma, es como el diablo.
Si lo invocan, seguirá presentándose, una y otra vez.
¡SSHHHHHH!

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