jueves, 12 de junio de 2008

LEGISLADORES SORDOS

Definitivamente, la elección popular no sirve para nada.
Elegimos diputados y senadores que ni siquiera nos consultan para tomar decisiones que normalmente son, en efecto, muy provechosas, ¡a sus bolsillos!
Y por otra parte, no tienen la mínima sensibilidad política.
Y, para el caso, de ninguna especie.
Por ejemplo, nunca consultaron a SUS ELECTORES acerca de la ley antitabaco.
Y, por otra parte, hay un cáncer creciente en la atmósfera y nadie parece hacer nada para combatirlo: EL RUIDO, señores LEGISLADORES SORDOS.
¡Cómo se nota que no tienen ustedes el mínimo contacto con el pueblo!
¡Cómo se ve que no SUFREN LA CALLE!
¿No se han dado cuenta del ruido infernal que reina en toda la ciudad?
Tenemos una larga lista de elementos que parecen estar compitiendo para ver quién puede hacer más ruido: los repartidores de diarios, quienes tienen el requisito indispensable de traer el escape de sus motocicletas abierto a tope. ¿Por qué no mejor se los quitan?
Siguen esas chuladas denominadas microbuseros, quienes, en su afán incontenible de brindar, antes que nada, un mejor servicio a la comunidad, abren sus escapes acorde a los vehículos de carreras que conducen.
¿Y qué tal los camiones del servicio de limpia DEL GOBIERNO? --y, además del ruido, a Diesel. Unos minutos de exposición a las emisiones de un carro de basura equivalen fácilmente a diez mil cigarrillos y el Diesel, a diferencia del tabaco, tarda años en biodegradarse.
Luego están las pipas distribuidoras de gas, ruidosas como ellas solas y, lógicamente, también a Diesel.
Y todos estos ruidos lo unico que hacen es disparar el invento más imbécil y demoníaco de nuestra era: la alarma del automóvil.
Por si fuera poco, bandas de motociclistas --"Hell Angels" tardíos-- se pasean en banda los domingos, día de descanso, en grupos numerosos, peleándose entre ellos el privilegio de ser el más escandaloso.
Luego vienen los Raperos despistados de cuarto mundo, quienes compran una bocina del tamaño de un coche, le ponen motor y ruedas y salen a pasearse A TODO VOLÚMEN. La vibración que los precede y van dejando a su paso, queda en el ambiente varios minutos después.
En fin, en la ciudad donde no se permite fumar, por razones de salud, ningún legislador, ninguna autoridad, parecen haberse dado cuenta de que LA CONTAMINACIÓN POR RUIDO ES LA PEOR DE TODAS, DAÑA DIRECTAMENTE EL CEREBRO, ESPECIALMENTE EL DE LOS NIÑOS y, NADIE HACE NADA, porque, como el ruido no se ve, los SORDOS SIN LA MÍNIMA SENSIBILIDAD, sencillamente no la perciben.

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